Los resultados de la última Encuesta de Condiciones Vida revelan una tendencia al alza en los índices de pobreza y exclusión social en Castilla y León. Según los datos recopilados, la tasa de riesgo de pobreza y exclusión social ha aumentado hasta el 22,4% en 2023, superando el 22,1% del año anterior.

Uno de los aspectos más preocupantes es el incremento significativo en el riesgo de pobreza, que ha llegado al 18,2%, en comparación con el 17,8% del año anterior. Este es el nivel más alto registrado desde 2015, lo que subraya la urgencia de abordar esta situación.

Particularmente alarmante es el aumento en la Privación Material Social y Severa, que ha pasado del 5% al 6,4%, indicando un empeoramiento en las condiciones de vida de una parte significativa de la población. Así, un 28,6% no puede permitirse vacaciones, un 26,2% no puede hacer frente a gastos imprevistos y un 14,3% lucha por mantener su vivienda a una temperatura adecuada.

La desigualdad también ha aumentado, con el 20% más rico de la población teniendo ingresos 5,1 veces mayores que el 20% más pobre. Además, ha habido un significativo aumento del 8,1% al 9,9% en el decil con menos ingresos, lo que refleja un crecimiento en la población más pobre.

Aunque se ha registrado un aumento en la renta por unidad de consumo y la renta media por persona, estas mejoras no han sido suficientes para contrarrestar el aumento del costo de vida.

Como dato positivo encontramos un ligero descenso en la baja intensidad de empleo en el hogar hasta el 7,3%

Ante esta situación, es necesario a la consolidación de las medidas de protección social tomadas durante la pandemia y a la implementación de políticas que aborden específicamente la pobreza infantil y el apoyo a las familias y la complementariedad entre el Ingreso Mínimo Vital y la Renta Garantizada de Ciudadanía, así como a medidas integrales en áreas como empleo, vivienda, servicios sociales, educación y sanidad.